Publicado por la revista electrónica de pensamiento político JaquemateTDF
el martes 13 de noviemnre de 2007
La vuelta a Abraxa. ¿quedara algún utopiano en la isla?
Soñaba y describía el -luego- Santo católico Moro sobre su isla de ficción:
..."Se apodero de la isla y le dio su nombre. Antes se llamaba Abraxa. Utopo llevò a este pueblo (...) por encima de casi todos los demás pueblos, hizo cortar un istmo de quince millas que unìa la isla al continente. Con ello logró que el mar rodease totalmente la tierra".
abraxa "tenia" 54 ciudades y estaba situada en la ribera del río Anhidro a sus habitantes los alaopolitas los gobierna el príncipe Ademo...
- Anhidro: "río sin agua"; Alaopolitas: "ciudadanos sin ciudad" y Ademo: "sin pueblo".
¿Critica a la realidad social imperante?; ¿ironías que nos traen recuerdos de nuestro pasado reciente?; ¿seguimos en la misma: actuando sobre los efectos?
Si bien en las teorías políticas podemos identificar la República de Platon como la primera utopía. En la tradición religiosa cristiana, y con San Agustin en "ciudad de Dios" surge una corriente utopica de corte religioso que con Tomas Moro encontrara impulso como "genero literario y filosófico" basado en una planificación ideal de una forma de gobierno perfecta, a la cual se le añade, después, la acepción de "irrealizable" (utopia)
seguirán en la misma senda Bacon (la nueva atlantida) Cabet (viaje a Icaria) o Morris (noticias de ninguna parte).
Sin embargo en los modelos utopicos, bastante distintos cada uno de ellos entre si, a ningún autor escapa en su "modelo" una detallada descripción de la sociedad por alcanzar.
Hasta hoy pleno comienzo del siglo XXI, -aunque inalcanzable- estos modelos expresan una critica importante de la realidad social existente.
Y si de critica social se trataban, han producido y proyectado en el tiempo sus efectos.
quizás en este sentido sea que la obra conjunta de Marx y engels tenga sobrados méritos para ser la obra que mas influyo entonces en la historia del siglo XX desde esa perspectiva. (el manifiesto)
Pero volviendo a esa "isla" imaginaria de Moro, Obviamente este da detalles sobre las ciudades de la ex-abraxa, entretenido, sobre todo el autor en describir "amaurota".
Pero en el capitulo sobre "los magistrados" es que comienza a describir algo que te pregunto (lector): ¿observamos inclusive hasta hoy?
Dice moro: ..."que el principado es vitalicio, a menos que el principe sea sospechoso de aspirar a la tiranía"...y nos parece tan lejano pero:
¿acaso Menem en su intento de "re-re" no le gano a K?; ¿acaso el propio Coccaro el pasado 28 de octubre no saco 19.000 votos y salio primero?... ¿y si no teníamos ballotage en Argentina y especialmente en TDF?...
haa! entonces ¿no es casi vitalicio el principado a menos que reaccionen algunas "fuerzas" del régimen en nuestra ayuda?. fuerzas que ademas de las "intenciones" políticas de la "oposición" pueden ser la conciencia .
Que -eso suceda o no- lo resuelve ¿Gracias a Dios? lo resolvió el régimen "del gobierno del pueblo":la democracia, que mas allá de su sistema de representación, vino a auxiliarnos, por lo menos en tierra del fuego, toda vez que los intentos de algunos seguidores del leviatan (diria O'donell) quisieron implementar su "absolutismo" por estos australes lugares.
también relata Santo Tomas Moro sobre sus traniboros que se sometían todos los años a la reelección, si bien ..."no se los cambiaba sin graves razones"...
¿Mas parecido a nuestra realidad? bueno... si!. Por la releccion digo...y también por la metodología sistemática con la que opta-vota la clase media.Eso de "según lo que hace el gobierno anterior".osea en beneficio propio, rara vez del conjunto.
Y si bien ya aristoteles había establecido que cada ciencia tiene su singularidad. Y La Política era la ciencia del comportamiento de la ciudad-estado. Maquiavelo fue mas allá. Instalo el concepto de que la acción política es distinta de otros modos del comportamiento social. Y que, para explicar y predecir los hechos políticos, es necesario considerarlos como una realidad objetiva, independientemente de la moral y de la ética.
Maquiavelo introduce el concepto de lo Stato (el estado), una entidad que se coloca automáticamente por encima de la sociedad y que, por ende, tiene una legalidad propia.
El estado está en el centro de las reflexiones de estos pensadores. Pero hay una diferencia sustancial. Para Aristoteles la política es una actividad orientada a la felicidad de los ciudadanos. Para maquiavelo, la política es el ejercicio del poder encaminado a la obediencia de los ciudadanos de modo de constituir un Estado sustentable, el bien común vendrá por añaduria.
Y por naturaleza - juzgaba Maquiavelo- el ser humano está movido por pasiones malvadas ( ambición, envidia, venganza) que determinan sus acciones. Estos móviles son inmutables. En el transcurso del tiempo, los estados alcanzan un momento de máximo orden pasan invariablemente a un momento de desorden. Este comportamiento periódico se debe a que las pasiones humanas tarde o temprano se manifiestan, provocando la degradación del orden.
Desorden que solo puede ser evitado por un príncipe con virtud capaz de resistir a los cambios repentinos de la fortuna. La acción política se sitúa así entre la virtud del estadista y la fortuna, concepto que designa lo fortuito y también las consecuencias de las intrigas de los demás ( M. Alarcon 2005)
El fenómenos socio-político de siempre y reciente: "El todo en una parte"
Entonces, en función del marco descripto, el rol de los individuos en el estado - no es dato menor- sino trascendental, que vinculado a mutaciones profundas en el transcurrir del tiempo han instalado tanto en el dominio manifiesto como en los pliegues de nuestra vida social y cultural nuevos y constantes paradigmas en función de buscar un orden que permita la dominación.
Uno de los fenómenos socio-históricos mas relevantes acontecidos en las ultimas dècadas de carácter macro-político, social y cultural,como elemento de manipulación y dominación es que se instalara, como verdadero "horizonte de época" - el discurso moderador de que gobernar es "administrar para superar la crisis" osea administrar en si la crisis seria para las sucesivas administraciones: gobernar.
Superada la incipiente esperanza que significo la provincializacion y obteniendo por ella, la autonomía para decidir con todo lo que esto implicaba; el discurso único de que se llega a la administración para administrar la crisis no es mas que una característica que , en realidad, ya se instalara como dominante en el nivel nacional desde hace largo tiempo ya.
Pero que vuelve a nosotros inclusive con la gestión actual sin asumir.
( ver noticias de la conferencia de prensa realizada ayer por la gobernadora
electa sobre "crisis terminal" :
http://www.surenio.com.ar/index.php?s=ARligwdw$$diarios/veo$WW9tg00qcvayop9w7zg25&l=es
http://www.tiempofueguino.com.ar/cms/tiempofueguino_sp/content/view/2592/ )
¿Es este acontecimiento reciente ( la conferencia de ayer ), indicio de una gestión que ya comienza a "gestionar nuevamente la crisis"?, ¿instala esta conferencia "el desafió de superar la coyuntura" como herramienta retorica para no desarrollar lo pretendido?, ¿retornamos a abraxas o sera que nunca dejamos de serlo? ¿hay expectativas en demasía?¿pretendemos por fin "una" utopía? la sola búsqueda de ella (la utopía) ¿nos puede dar lo que los fueguinos estamos esperando, ya no como individuos sino como ciudadanos?
Sin dudas son altas expectativas. Dar plazos considerados para resignificar ciudadanía y la relación estado-sociedad civil llevara indudablemente su buen tiempo.
Pero nadie dijo que gobernar una provincia con tantos recursos en calidad y en cantidad y sin explotar; con poca población; sin su necesaria Universidad y falto de políticas publicas con plazos extensos y con un incremento de los fondos coparticipables por el aumento de los hidrocarburos en el mundo, seria un lugar difícil de gobernar....¿o si?.
..."Entre tanto, confieso que no puedo asentir a todo cuanto me expuso este docto varón, entendiendo en estas materias y buen conocedor de los hombres. También confesare que existen muchas cosas en la República de Utopía que quisiera ver impuestas en nuestras ciudades. Pero, de decirlo, soy escéptico"... Tomas Moro
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